Durante mucho tiempo, se ha establecido una línea clara entre los problemas de comportamiento y los problemas médicos de los animales. Los problemas de conducta solían ser visitados por veterinarios especialistas o, incluso, educadores caninos pero no siempre después de descartar problemas médicos que pudieran provocar o empeorar el problema. Además , era frecuente que si el animal tenía alguna patología médica, ya no llegaba al veterinario especialista ya que la atención del tratamiento recaía solo sobre el problema médico. Hoy en día esta aproximación está obsoleta ya que es imposible separar la salud física de la mental.

Este libro aborda la compleja relación entre ambos problemas, desde un punto de vista teórico-práctico, para que cualquier veterinario, pero especialmente el generalista, pueda aplicarlo en su día a día en la clínica. Su objetivo es poner de manifiesto la necesidad de colaboración entre las diferentes especialidades ante el reto de diagnosticar y tratar los problemas de comportamiento.